Tomar el sol tiene beneficios: activa la producción de vitamina D, mejora el estado de ánimo y nos conecta con la naturaleza. Pero la exposición solar sin protección puede generar daños serios a la piel, tanto inmediatos como a largo plazo. Aquí es donde entra en juego el protector solar: un básico del cuidado diario para mantener la salud de tu piel.

¿Qué es el protector solar?

El protector solar es un producto diseñado para filtrar o bloquear la radiación ultravioleta (UV) del sol. Puede presentarse en distintos formatos: crema, gel, spray, stick y contener diferentes tipos de filtros, adaptándose así a cada necesidad, tipo de piel o situación.

¿Para qué sirve el protector solar?

Su función principal es reducir el impacto negativo de los rayos solares sobre la piel. Esto incluye:

  • Prevenir quemaduras solares (causadas principalmente por los rayos UVB).
  • Evitar el envejecimiento prematuro (arrugas, manchas, pérdida de elasticidad), producido sobre todo por los rayos UVA.
  • Reducir el riesgo de cáncer de piel, ya que la radiación solar es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de melanomas y otros tipos de cáncer cutáneo.
  • Proteger condiciones dermatológicas previas, como manchas, cicatrices, rosácea o pieles fotosensibles.

La radiación ultravioleta se divide principalmente en tres tipos, y cada una puede dañar la piel de manera diferente:

  • Rayos UVA: Penetran profundamente en la piel y están asociados al envejecimiento prematuro y al riesgo de cáncer.
  • Rayos UVB: Son los principales responsables de las quemaduras solares. Su efecto es más superficial, pero igualmente nocivo.
  • Rayos UVC: Normalmente no llegan a la superficie terrestre, ya que son absorbidos por la atmósfera, pero en exposiciones artificiales (como cabinas solares) pueden representar un riesgo.

Mitos comunes sobre el protector solar (que deberías dejar atrás)

A pesar de toda la información disponible, todavía existen muchos mitos sobre el uso del protector solar que pueden poner en riesgo la salud de la piel. Aquí desmontamos algunos de los más frecuentes:

  • Mito 1: “Si está nublado, no necesito protector solar.”
    Falso. Aunque no veas el sol, los rayos UVA y UVB siguen atravesando las nubes. La radiación solar está presente incluso en días grises o fríos, y sigue afectando a tu piel si no estás protegido/a.
  • Mito 2: “Con una sola aplicación al día es suficiente.”
    No es así. El protector solar pierde efectividad con el paso del tiempo, el sudor, el agua o el roce con la ropa. Para mantener una protección adecuada, es necesario reaplicarlo cada dos horas o después de nadar o secarse con toalla.
  • Mito 3: “Cuanto más alto el FPS, menos me tengo que preocupar.”
    No exactamente. Un FPS alto ofrece más protección frente a los rayos UVB, pero no prolonga el tiempo de exposición segura ni protege por completo. Además, todos los protectores deben reaplicarse, sin importar su número.
  • Mito 4: “Mi base de maquillaje tiene FPS, ya estoy cubierta.”
    Cuidado. Aunque muchas bases o cremas con color incluyen FPS, la cantidad que se aplica suele ser insuficiente para garantizar una protección real. El maquillaje puede complementar, pero no reemplaza al protector solar.

¿Qué deberías buscar en un buen protector solar? (Y por qué lo encontrarás en Nesira)

Elegir el protector solar correcto no es solo cuestión de FPS. Es importante que el producto se adapte a tu piel, a tu rutina y al tipo de exposición solar que vas a tener. La buena noticia es que la gama solar de Nesira reúne todas las cualidades esenciales que deberías exigirle a un buen protector solar. Aquí te contamos por qué:

FPS adecuado para cada tipo de exposición

El FPS 30 es el mínimo recomendado para uso diario, pero si vas a pasar tiempo prolongado al aire libre o tienes la piel sensible, lo ideal es FPS 50 o superior. Nesira ofrece productos con FPS 30, 50 y más, para adaptarse a todas las necesidades.

Textura ligera y sensación cómoda en la piel

¿Te molestan los protectores pegajosos o con acabado blanco? Las fórmulas de Nesira son ligeras, de rápida absorción y no dejan residuos visibles, lo que las hace perfectas para usar incluso debajo del maquillaje o en pieles con tendencia grasa.

Resistencia al agua y al sudor

Para quienes hacen deporte, van a la playa o pasan muchas horas al aire libre, Nesira cuenta con opciones resistentes al agua, que permanecen activas incluso en condiciones de humedad o sudor, aunque siempre se recomienda reaplicar cada 2 horas.

Fórmulas respetuosas con la piel y con el entorno

Cada vez es más importante usar productos seguros, suaves y responsables. Nesira desarrolla protectores solares sin perfumes agresivos ni ingredientes potencialmente irritantes, lo que los hace adecuados incluso para pieles sensibles e infantiles. Además, son productos pensados para minimizar el impacto ambiental.


Conclusión

Proteger la piel del sol es una inversión en salud a corto y largo plazo. Incorporar el protector solar a tu rutina diaria es un gesto simple que marca la diferencia. Y si además eliges productos eficaces, cómodos y seguros, cuidar tu piel se convierte en algo fácil y natural. Este verano (y todo el año), no salgas sin tu protección solar. Tu piel te lo va a agradecer.